XLIV Marcha a pie al Santuario de Covadonga

Dicen “que es de bien nacidos ser agradecidos”. Agradecidos a tantas personas que desde aquel 7 de julio de 1927, fecha de la fundación del Centro Asturiano de Oviedo, han sacrificado tiempo y familia para llegar a ser en la actualidad una de las instituciones más importantes del Principado y alcanzar su máximo esplendor.

Vuestro Centro que siempre se ha distinguido por ser muy familiar, con sabor a hogar y de puertas abiertas, pretende, entre otros fines, la  exaltación de la asturianía.

Las fiestas, especialmente la del 8 de septiembre en honor de la Santina, la potenciación de todo lo regional y la comunicación frecuente con otros Centros diseminados por España, Europa y Latinoamérica hacen que se cumpla con creces ese fin recogido en vuestros estatutos.

Pero hay algo más para los socios de este Club: Covadonga, santo y seña de cualquier asturiano. Para vosotros el Santuario es más que un bello entorno o una historia milenaria en la que nació un Reino y la unidad de España. Para vosotros, Covadonga lo es todo. Y lo demostráis con esa multitudinaria peregrinación que en este año celebra su 44 edición.

Vuestra peregrinación siempre ha sido un camino de encuentro con amigos y familiares, espacio para las confidencias y para alegrar el alma con la belleza de esa madre naturaleza que el Creador nos regaló. Son días de caminata que ayudan a parar el reloj de las prisas y de los agobios.

Y al final, entre el ronco sonar de las gaitas y el austero y sobrio toque de los tambores, entre los aplausos de los que os acogen, llegáis al monte Auseva ascendiendo hasta lo alto por esos 104 peldaños de la escalera de las promesas.

Allí, en esa catedral de piedra, está Ella, la Santina, con rostro apacible y sonriente. Es como el olivo de los campos que a todos ofrece fruto y sombra. Está en lo alto para ser vista por todos. Viste de seda y oro, pero su talante es de Madre más que de Reina. Es casa con fuego encendido, que sabe a casa habitada.

¿Cuántas plegarias, cuántas promesas, cuántos sentimientos lleváis en vuestros corazones? Sólo Dios y la Reina de nuestra montaña lo saben.

Pero también quiero hablaros de futuro. Lo tendréis si poco a poco las jóvenes generaciones “se mojan” y recogen el testigo. Bien está utilizar las hermosas instalaciones del Monte Naranco y disfrutar de fiestas y eventos, pero hay que arrimar el hombro para que la peregrinación a Covadonga y otras actividades sociales, deportivas, culturales y lúdicas vayan adelante. Que nunca os pueda la comodidad y la falta de compromiso. Que lo que sembraron vuestros ancestros no se marchite porque faltan manos que apoyen. En vuestras manos, jóvenes de esta centenaria institución, está el porvenir.

Feliz peregrinación a Covadonga. Aquí, a los pies de la Santina, os esperamos.