El Centro Asturiano de Oviedo es mi segundo hogar, a falta de ese pueblo donde pasar los veranos o fines de semana por ser toda mi familia de Oviedo. El CAO se convirtió en ese lugar testigo de mis primeros retos infantiles- aprender a nadar, andar en bicicleta-, y de mis primeros pasos en la adolescencia donde tuve la gran suerte de forjar amistades que perduran a lo largo de estos años.

Puedo decir que todos mis recuerdos desde que tengo uso de razón están ligados al Centro Asturiano. Es allí donde disfrutaba de jornadas interminables de juegos al aire libre con la pandilla y si bien las instalaciones actuales con las que cuenta ahora el Centro -pabellón infantil, gran polideportivo, minigolf…- no se pueden comparar con las que yo disfruté en mi niñez, para mí era el mejor sitio del mundo y no veía el momento de ”subir “a pasar el día.

Me siento muy afortunada por haber podido pasar muchas horas con mi familia y mis amigos en el CAO. Amistades que perduran a pesar de que la vida nos ha llevado por caminos distintos. Ese cariño sigue ahí, latente pese al paso de los años.

Ha pasado mucho tiempo, pero sigo fiel al Centro, disfrutando de sus instalaciones -pádel, spa, gimnasio…-también mis hijos han formado su grupo de amigos “del Centro” y son tan incondicionales como yo.

Esta es la esencia del Centro Asturiano de Oviedo. Un lugar capaz de crear fortísimos vínculos para toda la vida entre personas y familias desconocidas, sólo por el hecho de compartir valores, inquietudes e intereses comunes. Nunca dejemos que esta esencia se pierda.

Como socia del CAO me siento honrada de haber sido elegida pregonera de las Fiestas de Nuestra Señora de Covadonga, una distinción que recibo con humildad y muchísimo cariño de una entidad en la que considero están parte
de mis raíces y de la persona que hoy soy.

A todos nuestros socios quiero desearles que disfruten enormemente de estas fiestas con toda la gran familia del Centro Asturiano de Oviedo.

¡¡¡Felices Fiestas!!!