Apreciados socios y socias del Centro Asturiano de Oviedo:

Un año más celebráis vuestras fiestas en honor a la Virgen de Covadonga en este 8 de septiembre, Día de Asturias, y un año más es un honor para mí poder saludaros desde estas páginas. Esta jornada de unión y confraternización enraíza con el alma de vuestro centro, una organización que nació fruto de la solidaridad para acoger entre sus muros, por entonces un sanatorio, a aquellos emigrantes que regresaban a Asturias con necesidades. Hoy en día, en las faldas del monte Naranco, seguís demostrando que este continua siendo el hogar de una gran familia.

Me habréis escuchado decir que hay una Asturias fuera de las propias fronteras físicas de la comunidad, esa que habita en el corazón de la emigración repartida por el mundo y que encuentra su casa en los centros asturianos como el vuestro. Nunca tendremos palabras de agradecimiento suficientes para esa labor que conjuga la solidaridad con la difusión y defensa de la historia, la cultura y las tradiciones regionales. Los centros asturianos, estén en el centro del Principado o en cualquier rincón de Lationamérica, son inigualables guardianes y embajadores de nuestra identidad cultural.

En el Centro Asturiano de Oviedo habéis sabido amoldar esa esencia primigenia de vuestra organización a los nuevos tiempos. Durante todo el año, los socios disfrutan de unas instalaciones de calidad en un enclave privilegiado y de una gran oferta cultural para todas las generaciones. Esa intensa actividad se plasma a la perfección en vuestro programa festivo con actividades lúdicas, deportivas y folclóricas para todas las edades.

Felicito a la dirección del Centro Asturiano de Oviedo y a todos sus miembros por mantener vivas las tradiciones. En el día de nuestra comunidad, quiero recordar a todas las personas que celebran esta fecha desde todas las Asturias posibles. Felices fiestas.

Feliz Día de Asturias.