Un año más, vuelvo a dirigirme a vosotros con motivo de las Fiestas de Nuestra Señora de Covadonga y, de nuevo, lo hago sinceramente emocionado a pesar de que, como es lógico, las vivo de un modo muy diferente desde que me convertí en Alcalde de Oviedo.  

Mi cargo en el Ayuntamiento me impide disfrutar de estas fechas tan especiales con la misma intensidad que lo hacía cuando era presidente del Centro Asturiano, aunque mantengo la ilusión, el respeto y la admiración por lo mucho que significan las fiestas de ‘La Santina’ para todos nuestros socios y por extensión para Oviedo.  

Como cada año, trataré de participar en el mayor número de actividades que pueda e intentaré acompañaros lo máximo que me sea posible. Por supuesto, agradezco profundamente a la Junta Directiva que, nuevamente, me permita escribiros estas líneas para trasladaros mis mejores deseos. Os aseguro que seguir en contacto con vosotros, con los socios que tanto me habéis dado, me hace muy feliz.  

Sabéis que, durante décadas, trabajé todo lo que pude por el Centro Asturiano de Oviedo. Sin duda, fue una etapa fundamental en mi vida que, a pesar de la dedicación extrema que requería y de las preocupaciones inherentes al cargo, me dio tantas alegrías.  

Por eso, no puedo ni quiero ocultar la satisfacción que me produce comprobar el nuevo rumbo que ha tomado la institución en los últimos tiempos, tras el cambio en la Dirección.  

El Centro Asturiano ha regresado a la senda del crecimiento que necesita para seguir siendo un referente de excelencia cultural, social y deportiva y, lo que es más importante, me consta que se está trabajando eficazmente para fortalecer los valores que el club nunca debió perder y para reforzar su carácter familiar, sin el cual, el Centro perdería toda su identidad.  

Asumo que mi posición como Alcalde de Oviedo me otorga un mayor grado de objetividad e independencia, pero jamás ocultaré mi sincero cariño por el Centro Asturiano.  

Reconozco que, tras los últimos cambios, soy optimista sobre su futuro y admito que siempre me alegraré de sus éxitos. En el Centro, guardo buenos recuerdos y, sobre todo, grandes amigos; una segunda familia que siempre contará con mi respaldo y con mi lealtad.  

Finalizo ya deseándoos que estas Fiestas de Nuestra Señora de Covadonga vuelvan a ser unas fechas entrañables y hermosas, en las que se reúnan las familias y los grupos de amigos, en las que jueguen los niños y los mayores disfruten de la música, del folclore y de la buena comida. Estoy seguro de que así será.  

¡Felices Fiestas a todos! 

Alfredo Canteli Fernández 

Alcalde de Oviedo