Centro Asturiano de Oviedo

Crónica duatlón Castrillón 2015

Alfredo nos relata cómo vivió el pasado Domingo el Campeonato de Asturias de Duatlón en Salinas:

 

El día despertó gris, frío y húmedo, como si quisiera decirme: “Hoy no vas a disfrutar”.

Así que mojé mi inicial desasosiego en un gran tazón de café con leche, acompañado de bizcocho casero y algo de fruta. Ya me sentía más reconfortado, y con ánimos para plantarle cara al día y a la carrera.

Después de repasar los innumerables bártulos que hay que llevar, salgo de casa con todo dispuesto para recoger a Roberto y Murias. Entonces leo el primero mensaje de la mañana, en el que Roberto me anuncia que no se encuentra bien y que no va a competir.

Primer contratiempo que no anuncia un buen día.

Recojo a Murias en su casa y nos ponemos en marcha en dirección a Salinas. Los mensajes de ánimo de mis compañeros y la animada charla en el coche tienen el efecto de actuar como claros entre espesas nubes, por lo que las ganas de pasarlo bien comienzan de nuevo a aflorar.

Llegamos al destino y allí nos encontramos con Miguel, que ha sido muy madrugador. Retiramos los dorsales, tomamos un café, saludamos a amigos y compañeros y comenzamos el ritual de preparación para la batalla.

Aparece Antonio, y un poco más tarde Chema Virgili y Ales. El equipo está completo.

Unas pedaladas por Salinas, pasamos el control de material y hacemos unas carreras en la recta de salida para estar a punto.

El día se da cuenta que queremos dejarnos el corazón y el alma en la carrera, por lo que decide ser magnánimo y regalarnos un esplendoroso color azul en el cielo.

La salida, como siempre, muy rápida y multitudinaria. En los primeros metros hay que ir con mucho cuidado para no tropezar y caer entre el bosque de piernas que se dibuja alrededor, y se vuelve urgente buscar un espacio para intentar progresar sin peligros añadidos. Hasta que no llegamos a la recta del Náutico el gran grupo no empieza a estirarse, pero a la altura de la Peñona ya está todo el mundo más o menos colocado según su ritmo. Yo obtengo unos metros de ventaja sobre mis compañeros, que van juntos y a un gran ritmo. Me encuentro bien y disfruto.

Ya en la segunda vuelta del primer sector de carrera, empiezo a notar el cansancio y decido regular. Miguel llega a mi altura y no tarda demasiado en superarme. Mantengo una distancia prudencial y, apoyado por los ánimos de Pompe y el resto del público, entro el la primera transición.

En el inicio del sector de bici, aprieto los dientes para intentar enlazar con Miguel, que se muestra muy generoso y me espera. Estoy concentrado en seguir su rueda y no puedo decir ni una palabra. Formamos un grupo de cuatro y no cejo en mi intento por no quedar descolgado. El viento quiere formar parte de este juego y se hace notar sobre todo en la vuelta de San Juan a Salinas. Nos cruzamos primero con Ales, luego con Antonio y Murias y finalmente con Chema. Todos están ahí.

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Foto de Rodrigo Vallina

 

Ya en la segunda vuelta del sector de bici, una vez recuperado el resuello, le digo a Miguel que tire, pues tiene mejores piernas que yo. Muchas gracias por tu generosa entrega.

Poco después me alcanza Ales, que viene desbocado, y me anima a seguir su rueda. En la tercera vuelta enlaza con nosotros el grupo en el que vienen Antonio y Murias. Es muy numeroso y hay que estar muy atento para evitar sustos. Nos colocamos en la parte delantera del grupo, con Antonio en casi permanente punta de lanza. El ritmo es muy alto y se han producido varias caídas a lo largo de este sector. Cuidado.

Llegamos los cuatro de la mano a la segunda transición. Murias sale por delante porque no tiene que cambiar las zapatillas, Antonio y yo salimos a la par y Ales tiene que volver a la bici porque está empeñado en correr con el casco en la mano.

Los gemelos me avisan que no están para mucho más y me cuesta coger el ritmo corriendo. Al poco de salir de la transición, dejo atrás a Antonio y voy a por Murias, que lo alcanzo a la altura del Náutico. A lo lejos veo a Miguel, pero ya está demasiado lejos para intentar atraparlo. No obstante, me sirve de referencia. Gracias una vez más.

Ya en la recta del paseo de Salinas, vislumbro el arco de meta y doy todo lo que tengo dentro. No veo ni escucho nada. Sólo quiero llegar y cruzar esa línea imaginaria que dice META.

Me encuentro totalmente vacío y absolutamente pleno a la vez. Ha sido mi mejor duatlón de siempre. Estoy muy satisfecho.

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Foto de Rodrigo Vallina

 

A los pocos segundos llega Murias, y poco más tarde alcanzan la meta Antonio y Ales. Finalmente, Chema hace su entrada triunfal.

Pasados unos minutos de descanso y recuperación del esfuerzo realizado, nos reunimos todos para comentar que ha sido una gran carrera para el equipo. Hemos demostrado un gran nivel. Estamos muy contentos y lo celebramos tomando frutas, pastelillos y bebidas (incluso cerveza) que la organización ha dispuesto para los corredores. Se unen a nosotros Pompe, Pompe junior y Alejandra. Pasamos un rato muy agradable.

Gracias al Club Castrillón Triatlón por organizar una prueba espectacular.

También quiero agradecer a Jonás, nuestro entrenador, la preparación que nos diseña, pues es evidente que está incrementando el nivel competitivo de este equipo. Por lo menos en mi caso no hay ninguna duda.

Y, por último, a todo el equipo CAO Triatlón. Vuestro apoyo constante está presente en todo momento.

El día, luminoso, me devuelve un mensaje: “Has disfrutado”.

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